Una película tailandesa con un título llamativo y provocador está conquistando corazones en todo el mundo: Cómo ser millonario antes que muera la abuela. Detrás de esta frase cargada de humor negro se esconde una historia entrañable, que ha logrado un éxito rotundo en su país de origen y empieza a abrirse paso en los festivales internacionales. La cinta, cuyo título original es Lahn Mah (traducido literalmente como «El nieto de la abuela»), ha logrado mezclar crítica social, emociones genuinas y toques de comedia en una fórmula que resuena más allá de las fronteras culturales.
Dirigida por el debutante Pat Boonnitipat, esta producción ha logrado posicionarse entre las películas más vistas del Sudeste Asiático en 2024. Lo que comenzó como un estreno discreto, se transformó rápidamente en un fenómeno de taquilla, impulsado por el boca en boca y la conexión emocional que logra generar con el público. El film incluso ha sido incluido en la lista corta de precandidatas al Óscar como Mejor Película Internacional, lo que evidencia su creciente reconocimiento global.
Uno de los elementos más llamativos de la producción es su protagonista: Usha Seamkhum, una mujer que no es actriz profesional, sino una ama de casa jubilada que fue elegida para interpretar a Amah, la abuela del relato. Su naturalidad, carisma y humanidad han conquistado tanto a críticos como espectadores, convirtiéndola en una de las grandes revelaciones del año.
La historia gira en torno a M., un joven apático que ni estudia ni trabaja, y que pasa sus días frente a la consola transmitiendo partidas de videojuegos. Su vida da un giro inesperado cuando descubre que su abuela, una mujer mayor que aún trabaja vendiendo sopa callejera, enfrenta una enfermedad irreversible. A partir de ese momento, M. traza un plan: cuidar de ella en sus últimos meses de vida, no por amor, sino con el objetivo de heredar su dinero. Lo que parece una jugada oportunista da pie a una evolución inesperada, en la que los vínculos reales empiezan a surgir entre ambos.
La película comienza con un tono ácido, abordando sin rodeos el egoísmo, la hipocresía familiar y la forma en que muchos tratan a los adultos mayores. Pero, a medida que avanza, se transforma en una historia de redención, donde la empatía y la conexión humana superan cualquier interés económico. Este contraste entre lo cínico y lo afectivo es uno de los mayores aciertos de Boonnitipat, que logra equilibrar las emociones sin caer en excesos melodramáticos.
Aunque el argumento puede recordar a otras comedias dramáticas sobre relaciones familiares disfuncionales, lo que distingue a esta cinta es su identidad cultural local, combinada con temas universales. El humor tailandés, los rituales tradicionales y las dinámicas generacionales dan color a una narrativa que bien podría haber ocurrido en cualquier otra parte del mundo.
Cómo ser millonario antes que muera la abuela demuestra que el cine asiático tiene mucho más para ofrecer que las artes marciales o el cine de autor. En este caso, una historia sencilla, con personajes entrañables y un mensaje honesto, ha conseguido posicionarse como una de las películas más humanas y sorprendentes del año.
Lo que parecía un experimento pequeño terminó convirtiéndose en una de las joyas más inesperadas del cine reciente. Y aunque no hay grandes efectos especiales ni nombres de renombre internacional, esta historia sobre un joven sin rumbo y una abuela incansable es una prueba de que las emociones auténticas siguen siendo el motor más poderoso del séptimo arte.