Este martes, el mundo de la música perdió a una de sus voces más icónicas: Ozzy Osbourne, el inolvidable líder de Black Sabbath, falleció a los 76 años, dejando tras de sí un legado inigualable que marcó a generaciones enteras de fanáticos del rock y el heavy metal.
John Michael Osbourne, nombre real del artista, nació en 1948 en un barrio obrero de Birmingham. Desde muy joven se vio obligado a dejar los estudios y trabajar en distintos oficios como obrero, plomero y empleado de un matadero. Sin embargo, su destino cambió por completo cuando encontró en la música una vía de escape, una pasión que lo llevó a formar parte de la historia grande del rock.
Con Black Sabbath, banda que se consolidó a principios de los años 70, Ozzy fue parte de la creación de un nuevo sonido: el heavy metal. Su voz inconfundible y su presencia sobre el escenario lo convirtieron en una figura mítica del género. Más adelante, su carrera como solista lo mantuvo vigente durante décadas, siempre entre luces y sombras, éxitos y polémicas, pero sin perder nunca su esencia rebelde y provocadora.
A lo largo de los años, Osbourne se convirtió no solo en un ícono musical, sino también en un símbolo cultural. Su vida estuvo marcada por episodios que desafiaron las normas, desde sus excesos hasta su participación en la televisión con el recordado reality The Osbournes, que lo mostró como nunca antes: humano, excéntrico y profundamente entrañable.
Hoy, su partida deja un vacío enorme en la historia del rock. Pero también deja un legado imbatible: discos que cambiaron el curso de la música, canciones que siguen resonando con fuerza, y una actitud frente a la vida que inspiró a millones. Su voz se apagó, pero su influencia seguirá viva por siempre. Ozzy Osbourne no fue solo un cantante: fue, y será, una leyenda.
La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado reproducido por medios internacionales como Sky News, en el que expresaron: “Con una tristeza indescriptible, debemos comunicar que nuestro querido Ozzy falleció esta mañana. Estaba acompañado por sus seres queridos y rodeado de cariño”. La despedida llegó con una mezcla de conmoción y nostalgia entre sus admiradores, quienes vieron cómo el ídolo se aferró al escenario hasta el final.
Apenas unas semanas antes de su muerte, Ozzy Osbourne ofreció lo que sería su última presentación en vivo. El evento tuvo lugar el pasado 5 de julio en el estadio Villa Park de Birmingham, su ciudad natal. Allí, y como parte de un concierto benéfico titulado Back to the Beginning, compartió escenario con sus compañeros originales de banda: Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward. El set, que incluyó cinco canciones, no solo fue una celebración de su carrera, sino una despedida simbólica que pocos supieron interpretar en ese momento.
En aquella ocasión, el artista dejó clara su intención de no volver a actuar en vivo, decisión motivada por el avance de sus problemas de salud, entre ellos el párkinson, diagnóstico que hizo público en 2020. A pesar de los desafíos que esto representaba, eligió volver a presentarse por última vez en el lugar donde todo comenzó, brindando un homenaje tanto a sus raíces como a sus seguidores.