Cuando un paciente crítico pide de comer: el milagro que la ciencia acompaña

En el mundo médico, hay momentos que parecen sacados de una película, instantes que desafían toda lógica y despiertan la esperanza más profunda en quienes están alrededor. Uno de esos momentos ocurre cuando un paciente en estado crítico, que parecía al borde de la muerte, de repente abre los ojos, muestra lucidez y pide comida. Para quienes están en la habitación —familiares, enfermeros, médicos— es casi como presenciar un pequeño milagro. Pero, ¿qué significa esto realmente? ¿Es una señal de recuperación definitiva? ¿O solo un momento fugaz dentro de un proceso aún inestable?

Cuando un paciente está en estado crítico, su cuerpo se encuentra bajo un estrés extremo. Las funciones vitales están comprometidas, y muchas veces se requiere soporte artificial para respirar, alimentarse o mantener la presión arterial. En estos casos, el simple hecho de hablar o moverse requiere una enorme cantidad de energía. Por eso, cuando alguien que estaba inconsciente o con una mínima respuesta neurológica de pronto pide comida, es un cambio radical que no pasa desapercibido.

Desde el punto de vista clínico, este gesto puede tener varias interpretaciones. En primer lugar, pedir comida es una señal de retorno de la conciencia y de funciones cognitivas básicas. Para que alguien tenga hambre y sea capaz de expresarlo, deben activarse partes fundamentales del cerebro como el hipotálamo, el sistema límbico y ciertas áreas corticales. Esto quiere decir que el cerebro está funcionando mejor, y eso por sí solo ya es una buena noticia.

Además, desde el punto de vista fisiológico, el hambre es señal de que el sistema digestivo está despertando, que el cuerpo vuelve a necesitar energía por vías naturales y no solo por sondas o sueros intravenosos. Es un signo que podría indicar que el metabolismo se está regulando nuevamente, que los órganos están saliendo del modo de emergencia y están volviendo a sus funciones normales.

Pero hay que tener algo muy claro: este tipo de «mejoría repentina» no siempre significa que el paciente esté completamente fuera de peligro. En medicina intensiva se conoce como una “mejoría paradójica” o “fase de lucidez terminal” en algunos casos, sobre todo en pacientes que han estado muy graves durante mucho tiempo. En ciertos contextos, el cuerpo puede liberar una descarga de energía como último esfuerzo antes de apagarse por completo. En otros casos, es efectivamente el inicio de una recuperación progresiva y estable.

Por eso, cuando un paciente crítico pide comida, los profesionales de la salud actúan con cautela, pero también con esperanza. Se revisan todos los signos vitales, se ajustan los tratamientos, y se inicia una evaluación cuidadosa para saber si ese cambio positivo puede mantenerse en el tiempo. En muchos casos, se autoriza una alimentación leve y se monitorea la respuesta del organismo.

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