Un viaje soñado por el sudeste asiático se transformó en una angustiante espera para Juliana Marins, una joven brasileña de 26 años que sufrió un accidente mientras realizaba una excursión en una zona montañosa de Indonesia. Lo que comenzó como una jornada de senderismo por los paisajes del volcán Rinjani, en la isla de Lombok, terminó en una pesadilla que ya lleva más de medio día sin resolución.
Juliana formaba parte de un grupo de turistas que recorría el área cuando, durante la madrugada del sábado (hora local), perdió el equilibrio y cayó desde una altura aproximada de 300 metros, quedando atrapada en una zona de difícil acceso. Desde ese momento, permanece en el lugar a la espera de un equipo de rescate que, hasta ahora, no ha podido llegar a ella.
A través de un dron, el grupo logró captar imágenes que muestran a Juliana consciente y sentada, aunque visiblemente afectada y sin posibilidad de movilizarse por sus propios medios. El terreno en el que cayó es tan complejo que los equipos de emergencia solo han podido acercarse parcialmente y no han logrado descender hasta su posición exacta. Se estima que la operación de rescate por tierra aún podría tardar varias horas más.
La joven se encontraba viajando por Asia como mochilera. En las semanas previas había recorrido países como Filipinas, Vietnam y Tailandia, hasta llegar a Indonesia, donde se sumó a la excursión en Lombok. Su familia en Brasil fue informada del incidente de manera informal: no por autoridades, sino a través de otros excursionistas que estaban con ella y que buscaron contactar a sus seres queridos por redes sociales.
Mariana Marins, su hermana, expresó su preocupación en declaraciones al medio brasileño G1. Según relató, uno de los mayores obstáculos ha sido la falta de comunicación con Juliana. “Ella no puede usar su teléfono porque el paquete de datos móviles que contrató no tiene cobertura en esa zona”, explicó. Agregó que fue a través de Instagram como recibió la noticia de que algo grave había sucedido.
Mariana también contó que la embajada de Brasil en Yakarta fue contactada por la familia, pero no ofreció una solución inmediata. “Nos dijeron que no pueden enviar un rescate directamente, aunque están intentando comunicarse con la agencia que organizó la excursión para que se haga cargo de la situación”, indicó.
Según lo que han podido saber por medio de los excursionistas que permanecen en la zona, Juliana se encuentra débil, sin acceso a agua o alimentos, y el tiempo transcurrido sin atención médica empieza a generar una creciente preocupación. “Les pedí que no dejaran de hablarle para que permanezca consciente. Me dijeron que alcanzaron a oírla pedir ayuda con una voz muy débil”, señaló su hermana.
Los rescatistas locales han intentado múltiples vías, pero la única operación en curso es por tierra, debido a la falta de recursos disponibles para acceder desde el aire. El grupo que la acompaña permanece en el lugar, a la espera de una solución que permita extraerla del sitio en el que quedó atrapada.
Este caso refleja las dificultades que pueden surgir en zonas de turismo de aventura donde la infraestructura de rescate es limitada. También pone en evidencia la importancia de contar con seguros de viaje adecuados, cobertura de comunicaciones en áreas remotas y la intervención efectiva de las autoridades diplomáticas cuando los ciudadanos extranjeros se encuentran en situación de emergencia.
Mientras tanto, la familia de Juliana continúa aferrada a la esperanza. La historia de esta joven, que salió a recorrer el mundo con espíritu aventurero, ha conmovido a miles de personas que siguen el caso en redes sociales, esperando que pronto se concrete el tan esperado rescate.